lunes, 9 de mayo de 2011

Acepciones de Conciencia

ACEPCIONES DE CONCIENCIA
Los seres humanos realizamos acciones y actividades diarias con el fin de cumplir con un deber o una tarea. En algunas ocasiones estas tareas implican un gran esfuerzo de nuestra parte y que requieren de gran responsabilidad, misma que demuestra el grado o clase de persona con la que se esta tratando. Esta misma hace que uno actué en fin de su conveniencia o por propio interés, sin importar las repercusiones que se tenga o el visto que den personas ajenas.
Todos y cada uno de los seres humanos ven u observan las cosas que pasan de diferente manera, es decir, existen diferentes formas de conciencia que se califican como un acto moral e inmoral, además de psicológica. Existen múltiples acepciones de conciencia, pero lo que más llama la atención es el ver como los seres humanos la utilizan o bien, la manera en que demuestra su opinión frente a la sociedad con respecto a su calificación de lo que se es malo y lo que se es bueno, correspondiendo o no a las reglas que habitan en la sociedad en la que se vive.
En la vida diaria hablamos de la "conciencia religiosa", de la "conciencia moral", de la "conciencia cívica", “conciencia psicológica”, etc., conforme a la actitud que adoptamos frente a la vida religiosa, moral, ciudadana, etc.

Conciencia Moral:
Los actos morales, como actos que son, están orientados hacia el exterior, la realidad, el mundo, los demás. Pero, por ser morales, tienen un aspecto interno, que es el que hace que sean valorables. No podemos olvidar que somos morales porque sabemos que podemos elegir, porque sentimos que tenemos posibilidad de seguir caminos diferentes en nuestra vida, porque nos damos cuenta de que nuestras acciones tienen consecuencias. La conciencia de estas consecuencias es la base del aspecto interno de la moral, en ella está el origen de la valoración de nuestros actos, nuestros hábitos o nuestro modo de vida. Pero la conciencia moral es también conciencia de la libertad, conciencia de que no todas las posibilidades de elección son igualmente valiosas. Por eso es especialmente importante plantearnos qué es y como funciona. La misma palabra que usamos para referirnos a ella ya nos da una pista: estar consciente significa darse cuenta de lo que ocurre alrededor. La conciencia es una forma de conocimiento o de percepción. La conciencia moral es con lo que nos damos cuenta de lo que vale, de lo que merece la pena para la vida, de lo que es bueno -o bien, de lo que no merece la pena, de lo malo, de lo que hay que evitar-.
Hipótesis sobre el funcionamiento de la conciencia moral.
Al definir la conciencia como un tipo de conocimiento o de percepción estamos reconociendo que es una realidad compleja. Cuando valoramos una acción realizada o por realizar, la conciencia moral puede actuar de maneras diferentes: podemos sentir que lo que hemos hecho o vamos a hacer está bien o mal, sin saber exactamente por qué; podemos también analizar las consecuencias reales o posibles de nuestra acción y su conveniencia; podemos recurrir a pensar en normas previamente aceptadas para enjuiciar la acción... A lo largo de la historia, distintas corrientes de pensamiento sobre la moral han dado mayor importancia a alguno de estos modos de actuación de la conciencia moral.
El intelectualismo moral, por ejemplo, considera la conciencia moral como el conocimiento de lo que es bueno y lo que es malo. Se produce en él una identificación entre el bien y el conocimiento, por una parte, y el mal y la ignorancia por otra. En consecuencia, según el mismo, sólo obramos mal porque creemos, en nuestra ignorancia, que ese mal que hacemos es un bien para nosotros. La manera de conseguir actuar correctamente será, pues, educar a nuestra razón en los principios de la moral para que no pueda llevarnos a valoraciones incorrectas sobre la bondad o maldad de las cosas y las acciones.
El emotivismo, por el contrario, es el planteamiento de la conciencia moral como sentimiento. Según los emotivistas, por medio de la razón sólo podemos llegar a comprender lo útil o lo conveniente para determinados fines, pero no si algo es bueno o malo. La bondad o maldad de actos, palabras, etc. se siente, no se conoce racionalmente. Los juicios morales, para los emotivistas, no son más que medios para comunicar esos sentimientos y para intentar convencer a los demás de su validez.
El intuicionismo tampoco considera que la razón sirva para determinar la maldad o la bondad de las acciones y las cosas: la conciencia moral, según los intuicionistas, percibe directamente lo bueno y lo malo. Puesto que el bien no es una cualidad natural -como el color-, no puede percibirse por medio de los sentidos físicos. Esto hace que los intuicionistas vean la conciencia moral como un sentido moral -intuición moral- que percibe directamente la bondad o maldad de las cosas y las acciones, sin intervención de los sentidos físicos ni del razonamiento.
El intuicionismo y el emotivismo niegan que la razón sea el componente fundamental de la conciencia moral, aunque desde posturas muy diferentes. El intuicionismo considera que el bien y el mal están en las cosas y las acciones, son cualidades reales que percibimos. El emotivismo, por el contrario, sostiene que son sentimientos que provocan esas acciones y cosas en nosotros; sentimientos que pueden variar de una persona a otra y son objeto de discusión.
Los prescriptivistas, en cambio, consideran que la moral se basa en el carácter prescriptivo (imperativo) de sus juicios. La conciencia moral, según estos autores, asiente o rechaza los mandatos que presentan los juicios morales. La manera de demostrar el asentimiento a lo que dice una norma es cumplirla, la de demostrar el rechazo, no cumplirla.
Todas estas teorías destacan aspectos parciales de la realidad total que es la conciencia moral. Ésta se compone tanto de razonamientos y juicios como de sentimientos, intuiciones o mandatos.
Según nuestra experiencia. Es un hecho que nadie de nosotros juzga las acciones de un vegetal o de un animal irracional como acciones morales. Sólo un ser humano es sujeto de actos morales o inmorales. Podemos por lo tanto, concluir que "la conciencia moral" es una función de la persona humana.
La experiencia nos señala que ciertas personas observan una determinada conducta moral y que otras se conducen en forma inmoral.
En consecuencia, la "conciencia moral" no es algo añadida a la persona, sino que es la misma persona, el sujeto de la conducta moral.
"La conciencia moral es una realidad dinámica que capacita al hombre para captar y vivir los valores morales". Su desarrollo y su perfección dependen del desarrollo y de la perfección de la personalidad de cada hombre.
Elementos de la conciencia moral:
a) Elementos racionales, que concurren a la formación de los juicios antes o después de un acto moral.
Los juicios previos al acto moral establecen los principios. Ejemplo: Hay que hacer el bien y evitar el mal. Los juicios después del acto moral, la conciencia lo acepta si fue bueno y lo rechaza en el caso que haya sido malo.
b) Los sentimientos morales, estos pueden ser antes o después de un acto moral. El hombre naturalmente tiene la tendencia de hacer el bien y de evitar el mal. Experimenta a la vez, respeto al deber, y por ende, aprecia la conducta buena y menosprecia la mala.
La conciencia moral, corno juez de nuestros actos, sólo puede darse cuando éstos son actos humanos voluntarios, o sea los actos en los que ha intervenido la libertad de acción. No puede haber un juicio de conciencia cuando los actos efectuados han sido obligados por una autoridad o por una acción coercitiva de agentes extraños a nosotros mismos. Se podría poner con ejemplo la acción de un soldado en tiempo de guerra En la actividad profesional a veces se toman decisiones por obligación o por seguir esquemas o sistemas preestablecidos, que muy poca libertad de acción dejan al sujeto, en estos casos la conciencia moral quedara un tanto suprimida.
Ahora bien, como resultado del juicio de valor que efectúa la conciencia moral sobre los actos del propio individuo, se conduce lo siguiente:
A un sentimiento de culpa
A un remordimiento
A un arrepentimiento.
Esto puede llevar a un castigo, un auto castigo, o a una acción interna
En este campo intervienen una serie de elementos a los cuales se les ha dado en llamar PUENTES DE LA MORALIDAD, que constituyen la conformidad o disconformidad con la recta razón que dirige al acto humano.
Al analizar concretamente un determinado acto humano ya sea realizado por uno mismo o por otra persona, hay tres elementos para juzgarlo
El objeto, la situación y el fin
El objeto es hacia dónde Se dirige el acto libre y voluntario; qué es lo que quiere; es el contenido de la acción.
La situación o circunstancias: Situado en un lugar, por una persona, en un tiempo, quién lo hace y qué condiciones acompañan al acto
La intención o fin: El motivo por el cual se efectúa el acto; la razón por la cual se actúa
Estos elementos, Según se presenten, harán que el juicio de conciencia se haga en consecuencia, ya que muchas veces las personas se ven precisadas a actuar en contra de una norma moral. Un ejemplo se da el matar a una persona para salvar la propia vida o la de un ser querido que está desprotegido.
La aplicación de estos elementos es algo muy complejo y se puede referir a los tipos de conciencia que se han expresado anteriormente
Independientemente de los elementos que intervienen en el acto voluntario, el individuo obra en función de un fin, lo que quiere decir que sus actos están determinados en cierta forma por ese fin último natural que es la felicidad, Pero todo ello dentro de una recta razón que como cualidad de la inteligencia, está dentro de la naturaleza del hombre.
En el curso de su desarrollo, la persona humana adquiere hábitos que son pautas de comportamiento estables que disponen al sujeto para bien o para mal, según su forma de ser los cuales Son difíciles tanto de adquirir como de remover.
En el campo de la moral, los hábitos se manifiestan como virtudes o vicios de comportamiento.
En algún momento Aristóteles afirmó que el hombre es virtuoso es feliz, de lo que se puede seguir que para acercar al hombre hacia su fin, la virtud orientará rectamente sus actos, y San Agustín define la virtud como 'una buena cualidad del Alma, por la cual se vive rectamente, y de la cual nadie hace mal uso"
Conciencia Psicológica:
La conciencia psicológica es un conjunto de experiencias psíquicas inmediatas y actuales que en un cierto momento aprehendemos de nuestro yo.
La conciencia psicológica es darse cuenta de la presencia de si mismo; de las cosas y de los hechos que se encuentran fuera del yo, y de la reflexión resultante de los propios actos y de las realidades existentes en el mundo que le rodea.
Nos permite captar los fenómenos psicológicos como nuestros; a la vez dichos fenómenos psicológicos constituyen una unidad que forma el yo de cada uno de nosotros.
Caracteres fundamentales de la conciencia psicológica:
 Dinamismo: como acción de lo anímico hacia la realidad
 Totalidad: como creación de conjuntos dotados de unidad
 Subjetividad: como operación pereciente a un yo concreto
 Intencionalidad: como función reveladora del sentido de la realidad
Según Jolivet. Règis; (1982); la conciencia se muestra tanto como un hecho vital como una operación de la mente. Como hecho vital, hablamos de la conciencia de los animales y de los hombres.
Con el fin de aclarar el concepto de la conciencia psicológica nos serviremos de nuestra experiencia diaria.
Observemos, por ejemplo, una puesta de sol. Una serie de sensaciones, de percepciones, de imágenes, de recuerdos, de afectos que nos invaden. Nos sentimos felices.
Todo esto constituye en ese momento nuestra conciencia psicológica.
Podemos, pues, legítimamente, decir que la conciencia psicológica es un conjunto de experiencias psíquicas inmediatas y actuales que en un cierto momento aprehendemos en nuestro yo.
Mediante la conciencia psicológica no sólo nos damos cuenta de lo que pasa dentro de nosotros en un momento dado, sino que también nos damos cuenta de nuestra propia experiencia. La conciencia psicológica nos permite captar los fenómenos psicológicos como nuestro; a la vez, dichos fenómenos psicológicos constituyen una unidad que forma el yo de cada uno de nosotros.
DIFERENCIAS ENTRE CONCIENCIA PSICOLOGICA Y MORAL.
La diferencia entre conciencia psicológica y la conciencia moral proviene de los distintos objetos a los que se dirigecada una de ellas.
La conciencia psicológica, reconoce diversoselementos que entran en la estructura del yo, mientras que la conciencia moral tiene la función de valorar los actos del yocon ello la de trazar un proyecto de vida del yo. Con el fin de aclarar el concepto de la conciencia psicológica nos serviremos de nuestra experiencia diaria.
Observemos, por ejemplo, una puesta de sol. Una serie de sensaciones, de percepciones, de imágenes, de recuerdos, de afectos que nos invaden. Nos sentimos felices.
Todo esto constituye en ese momento nuestra conciencia psicológica. Luego podemos decir, que la conciencia psicológica es un conjunto de experiencias inmediatas y actuales que en un cierto momento aprehendemos.
Mediante la conciencia psicológica no sólo nos damos cuenta de lo que pasa dentro de nosotros en un momento dado, sino que también nos damos cuenta de nuestra propia experiencia. La conciencia psicológica nos permite captar los fenómenos psicológicos como nuestros.
Diferencia entre la conciencia moral y la psicológica
Unidad y distinción a la vez.
Unidad: En el hombre hay cierta unidad entre la conciencia psicológica y la conciencia moral. En efecto, la conciencia moral presupone la conciencia psicológica y, a su vez, la conciencia moral complementa y enriquece la conciencia psicológica.
Diferencia: La diferencia entre la conciencia psicológica y la conciencia moral proviene de los distintos objetos a los que se dirige cada una de ellas. La conciencia psicológica atestigua la existencia de los diferentes elementos que entran en la estructura del yo, mientras la conciencia moral tiene la función de valorar los actos del yo y, con ello la de trazar "un proyecto de vida" del yo.
Conciencia Fisiológica:
El estado de conciencia depende de la activación de la corteza cerebral por un complejo sistema que se sitúa a lo largo del tallo cerebral: El Sistema Reticular Activador Ascendente.
La activación de la corteza depende del arribo de estímulos sensoriales diversos a través de la sustancia reticular, y de las múltiples vías colaterales que brindan a este sistema las vías sensitivas y sensoriales.
En el tálamo existen núcleos inespecíficos, representativos de este sistema activador. En la línea media del tálamo se origina un sistema de fibras que se distribuye difusamente en la corteza cerebral, de esta parten fibras que a su vez tienen acción sobre la sustancia reticular. Estas últimas y otras corticofugales podrían quizás explicar algunos de los fenómenos que tienen lugar en la hipnosis.
En los animales, la sección de este sistema reticular activador ascendente, sin lesión de los lemniscos, priva permanentemente a la corteza cerebral de estímulos y produce somnolencia constante, un estado similar al del coma. En cambio las lesiones de los lemniscos producen anestesia, aunque no inconsciencia o somnolencia.
Un estado mas alto que el de la conciencia vigil es el de alerta o vigilancia que se produce por estímulos sensoriales y se manifiesta incluso por modificaciones electroencefalográficas, y lo que es más interesante aún, en la propia vigilia existen distintas gradaciones oscilantes en un día normal de cualquier persona, las cuales incluyen la supervigilancia, la vigilia atenta, la atención flotante y el adormecimiento entre otros (Delay y Pichot) estas gradaciones permiten modular y proteger al sistema nervioso contra el exceso de información. Cada una de ellas tiene sus características propias.
Fisiológicamente hablando, no parece haber dudas de que sólo existen dos estados de conciencia normales en el hombre: El sueño y la vigilia.
Si nos transportáramos en el tiempo hacia la antigüedad podríamos analizar un antiguo cuento hindú que reconocía tres estados mentales: 1) vigilia (vaiswanara), en el cual una persona está consciente sólo de objetos externos y saborea los placeres de los sentidos. 2) Dormir con sueños (taijasa), estado en el cual la persona está consciente sólo de sus sueños y saborea las sutiles impresiones que han quedado en la mente de los hechos del pasado. y 3) Dormir sin sueños, (prajna) estado de bienaventuranza (Jouvet 1967).
El sueño y la vigilia siguen un ciclo circadiano que constituye una de las formas más notables de la conducta humana, los aspectos neurosecretores que modulan el ciclo constituye un tema de investigación actual.
Sobre la vigilia:
Características conductuales: Los sujetos presentan actividad volitiva, se orientan en el medio e interactúan con él, reciben procesan y almacenan la información proveniente del exterior y responden a los diferentes estímulos.
Actividad vegetativa: Lógicamente es variable, en dependencia de la situación en que se encuentra el sujeto y la actividad vigil que realiza. Por ello el ritmo respiratorio, la frecuencia cardíaca y la temperatura varían dentro de un rango normal para distintas situaciones de la vigilia.
Ritmos electroencefalográficos: Los ritmos típicos son el Alfa y el Beta.
Sobre el sueño:
Clásicamente se describen dos fases de sueño: Sueño lento y sueño rápido. Pasamos a definir sus principales características como estado normal de la conciencia.
Sueño lento:
Características conductuales: Disminución de la reactividad ante los estímulos del medio, sólo se responde a estimulaciones muy fuertes o de gran significación, pero en este caso el sujeto vuelve al estado de vigilia. Esta reversibilidad del sueño lo diferencia de otros estados no fisiológicos de conciencia como la anestesia y el coma.
Existe miosis y cierta disminución de la actividad tónica de la musculatura esquelética. Los ojos adoptan una posición divergente hacia arriba.
Actividad vegetativa: Predomina el tono parasimpático: Desciende el tono vascular perisférico, la presión arterial, la frecuencia respiratoria y el metabolismo basal.
Los ritmos electroencefalográficos se resumen en cuatro etapas:
Etapa I: El ritmo alfa se torna lento, hay aplanamiento del mismo, aparecen trenes de ondas. (Somnolencia ligera)
Etapa II: Aparecen husos de sueño sobre ritmo theta.(Sueño ligero)
Etapa III: Actividad de base de tipo delta, con persistencia de algunos husos de sueño.(Profundidad moderada de sueño)
Etapa IV: Desaparición de los husos de sueño. Ritmo delta muy lento. (Gran profundidad del sueño)
A este sueño se le denomina también de ondas lentas u ortodoxo. Como dato curioso, las ensoñaciones que ocurren en este tipo de sueño suelen no recordarse porque no hay consolidación de los sueños en la memoria.
Sueño rápido:
Aspectos conductuales: Pueden dividirse de dos maneras: Tónicos, y Fásicos.
Tónicos: Disminución marcada del tono muscular esquelético, que contrasta con el aumento del tono de los músculos extraoculares y del oído medio.
Fásicos: Movimientos conjugados rápidos de los ojos, lo que da nombre a este tipo de sueño como MOR o REM. (Movimientos oculares rápidos) o (Rapid eyes movements).
Características vegetativas: Predominio del tono simpático.
Ritmos electroencefalográficos: Ritmo de bajo voltaje rápido y desincronizado. Muy parecido al de la vigilia atenta, lo que ha determinado la denominación de sueño paradójico. Sin embargo no hay una canalización adecuada por lo que la persona no está plenamente ¨consciente¨ de su entorno.
Como dato curioso: Las ensoñaciones son mucho mejor recordadas en este tipo de sueño
Los episodios de sueño REM duran de 15 a 30 minutos y ocurren periódicamente en el curso del sueño, ocupan el 25 % del tiempo total de sueño y reaparecen cada 90 minutos aproximadamente.
Según se puede apreciar es muy útil la caracterización objetiva de los estados normales de conciencia. En Fisiología se define como estado de conciencia el estado de conocimiento que tiene el sujeto de sí mismo y de su entorno.
Entre los estados alterados de conciencia la literatura especializada cita: el desmayo o síncope vasovagal, distintos niveles clínicos de disminución de la conciencia como el letargo, el embotamiento, el estupor y el coma, clasificados así por la intensidad del estímulo necesario para hacer reaccionar al sujeto y por el grado de reversibilidad.
Estas alteraciones patológicas y particularmente el coma, se diferencian del sueño sustancialmente, pues este es reversible y constituye un estado neurofisiológico activo, en el cual no disminuye el consumo de oxígeno con respecto a la vigilia, además de las causas bien determinadas que ocasionan los estados anormales citados.
Cuando se profundiza en el uso que del término conciencia hacen la Psiquiatría y la Psicología, comprendemos que los matices son diferentes, lo cual es lógico por el objeto de estudio de estas disciplinas.

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